viernes, 28 de noviembre de 2014

¿Por fin habrá atención a los mexicanos?

¿Por fin habrá atención a los mexicanos?


Margarito Escudero Luis

COATZACOALCOS, VER.- La transformación del país anunciada por el presidente Peña Nieto cuando era candidato, no es la misma transformación que puso en marcha con las llamadas reformas estructurales que están siendo duramente cuestionadas por todos los sectores de la sociedad mexicana, con excepción de los políticos alineados.
Sin considerar el atraso y la marginación en que viven millones de mexicanos, la clase gobernante se lanzó a una aventura en el extranjero, vendiendo un país que no reúne las condiciones para soportar  la llegada de empresas extranjeras, que aún la parte más avanzada de la Nación no está preparada para competir en igualdad de circunstancias.
Tampoco se tomó en cuenta la falta de atención que padece un importante número de connacionales, y que muchas regiones del país viven en un atraso vergonzoso con respecto a otros lugares, cuyo avance económico es evidente.
Menos se consideró que parte de la marginación tiene que ver con la corrupción, la infiltración del crimen organizado en las estructuras gubernamentales, ni que esa marginación tiene que ver con la flagrante violación a los elementales derechos humanos de los ciudadanos, sometidos a bajezas, a ser considerados como limosneros, obligados a aceptar una policía asistencialista que no resuelve el problema, al contrario, lo estabiliza.
Ante todas esas condicionantes, era imposible que el plan presidencial funcionara, no contempló Peña Nieto y su equipo que la gente no permitiría que les fuera arrebatado lo poco que tienen, su única garantía para sentirse mexicanos y poder soñar con vivir una vida como la que les muestra la televisión.
PRESIÓN SOCIAL
Así que, por algún lado tenía que reventar esta presión social.  La impunidad con que han actuado los políticos y los delincuentes llegó al máximo cuando se anunciaron las reformas y sus efectos empezaron a sentirse entre la gente.
Engolosinados con el poder, sin que nada ni nadie les hiciera sombra, ignoraron el clamor popular, se rieron de las esperanzas ciudadanas, se burlaron de las manifestaciones y marchas multitudinarias, suponiendo que nadie podría moverlos de su pedestal.
Pero la Historia de escribe de otra manera. Finalmente los jóvenes muertos estallaron en la cara de la clase dominante; en su soberbia, recurrieron a lo que han aprendido hacer con las voces de la gente, no oírlas, pero el clamor traspasó las fronteras y las barreras sociales.
Entonces gobernantes, líderes religiosos y ciudadanos de todo el mundo, reclamaron al gobierno de México atención para los ciudadanos. Algo que no se atrevieron a hacer los que se dicen políticos de oposición.
El empuje popular llegó al grado de exigir la renuncia del presidente y de toda su camarilla. Pero siguiendo el guión escrito para este sexenio, salen a decir que ahora sí se harán cambios fundamentales para reforzar el estado de derecho.
DICEN QUE AHORA SÍ
Que ahora sí se desarrollarán los sectores históricamente marginados, que se crearán corredores industriales en las zonas conflictivas, porque (¡cayó el veinte!) la inconformidad de los habitantes de Guerrero y Michoacán, se debe a las pocas oportunidades de desarrollo.
¿No era eso lo que se debió hacer desde hace años? Pero un presidente enajenado y una clase política sumisa, no permitieron ver hacia el interior del país, ver sus potencialidades, llevar recursos a la gente para poder explotar las riquezas de cada lugar y así generar bienestar para ellos.
Sólo se vio la riqueza de cada lugar para poder hacer negocios con extranjeros y, esa imagen está presente en todas partes. Cada ciudadano tiene la sensación de que se quedarán sin país.
Policía única en cada estado y sanciones para presidentes municipales que se nieguen a entregar el mando policiaco.
Policías ya hay muchas y no están dando resultados a la gente. Hasta hoy no se ha encontrado la forma de evitar que todas las corporaciones sean infiltradas por el crimen organizado.
Así que llegará la Ley contra la infiltración. Y se aplicará siempre que haya elementos claros y precisos de que algún organismo de gobierno está infiltrado.
“Todos somos Ayotzinapa” dijo el presidente y no le queda de otra, más que reconocer que ahí están los muertos que derramaron el vaso, pero en el país entero hay fosas donde yacen miles de cuerpos que no son identificados, mientras miles de madres y padres, buscan a sus hijos desaparecidos.
Total respeto a la autonomía de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. ¿Qué así no era?
Todo el discurso presidencia lleva la intención de fortalecer el estado de derecho, reconociendo así un estado de derecho vulnerado, fallido.
Ahora sentémonos a esperar que vuelva la paz a la Nación, que sean atrapados los delincuentes y que aparezcan todos los desaparecidos.
Si todo esto no se logra ¿renunciará?

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