Palco de Prensa
Miércoles 10 Septiembre 2014
Lo s trucos panistas.
Por : Gilberto LAVENANT
Muchos se han escandalizado, con las llamadas afiliaciones “maruchan” en el Partido Acción Nacional e incluso surgen múltiples especulaciones sobre los fines o propósitos de las mismas.
De entrada, puede decirse que son muchos los factores que propiciaron esto. Y puede decirse, que es algo así como los trucos del “fotoshop”, que permite variar la presentación física de una persona, ya sea adelgazarla, si está pasada de kilos, o “inflarla”, si está flaca.
Hay quienes, para modificar su realidad física, utilizan doble vestimenta, o se rellenan los bolsillos con trapos o papel. El “fotoshop”, también sirve, para corregir los defectos físicos y mejorar la presentación personal en fotos. Ya después verán la forma de hacer aclaraciones, con los interesados.
Se puede decir que todo esto tiene su origen, a partir de la derrota electoral del 1 de julio del 2012, cuando el PAN no solamente pierde la Presidencia de la República, después de ostentarla durante dos sexenios, sino que queda como tercera fuerza política y además se da cuenta que su fortaleza o supuesta grandeza, eran ficticias.
Al hacer el recuento de los daños, a fines de julio del 2012, el PAN observa que su candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota, obtuvo apenas 12.5 millones de votos, o sea 27% menos que los obtenidos por Vicente Fox en el 2000, cuando se convirtió en el primer Presidente de la República panista.
Esto les llevó a hacer cuentas. En el proceso interno para elegir a Josefina, como candidata presidencial, participaron 1 millón 795 mil 933 militantes y 1 millón 487 mil 902 adherentes, todos con derecho a voto. Les preocupó observar que si eliminaban a los adherentes, el partido blanquiazul se quedaba, como la canción, flaco, ojeroso y sin ilusiones.
Para muchos, luego de dichos comicios, el PAN quedó en ruinas. No obstante, se incomodaron cuando el aún Presidente de la República, Felipe Calderón, 3 días después de las elecciones declaró que el PAN debía ser “refundado” y “reconstruido” desde los cimientos hasta la cúpula, piedra tras piedra. Para algunos, esa fue una exageración.
Decidieron echar a andar un proceso de depuración del padrón, con el refrendo de los militantes. Quien deseara realmente ser miembro activo, debería manifestarlo. Para fines de enero del 2013, tras dicha depuración, se percataron de que no solamente perdieron la Presidencia de la República, sino también su militancia, que para entonces era cercana a la registrada 13 años atrás, cuando el PAN logró la Presidencia de la República.
Cuando Fox registró su candidatura presidencial en 1999, el PAN tenía 267 mil afiliados. Al concluir su mandato, ascendieron a 1 millón 104 mil militantes, o sea superior en un 75%.
Durante los dos sexenios panistas, su militancia se incrementó en un 85.71%, pero luego de depurar el padrón, tras el refrendo de octubre y diciembre de 2011, el número de panistas disminuyó en más de un 70%. O sea, sin el poder presidencial, el PAN volvió a ser, prácticamente el mismo que cuando era simplemente oposición.
Entonces, tuvieron que reconocer que muchos neopanistas, ingresaron simplemente para obtener chamba en el gobierno y que algunos otros fueron llevados por panistas mañosos, para tener respaldo a la hora de las elecciones internas. Que incluso, algunos se inscribieron como militantes, bajo un sistema de sometimiento de voluntades, a cambio de coacciones o dádivas.
Sin embargo, consideraron que el problema mayor lo eran los adherentes, aquellos que sin ser militantes, tenían derecho a votar en las elecciones internas, sin tener obligación alguna para con el partido. Por citar un ejemplo del alcance de esto, se dice que cuando Felipe Calderón logró la candidatura presidencial panista, el 80% de los votantes, eran simples adherentes.
Sin embargo, luego de la derrota electoral del 2012, el número de adherentes descendió de 1 millón 514 mil 106, a tan solo 171 mil 490, o sea descendieron en un 88.6%. Las cifras fueron dramáticas.
A partir de esto, planearon no solamente un proceso de “engordamiento” del padrón. Eliminan a los adherentes y en marzo de 2013, en asamblea nacional extraordinaria, modificaron sus estatutos, estableciendo que en lo sucesivo, la elección del siguiente presidente del Comité Ejecutivo Nacional, fuese electo por cada uno de los militantes. Antes lo elegían los integrantes del Consejo Político Nacional.
Esto permitió que Gustavo Madero fuera electo como dirigente nacional del PAN, en mayo del 2014, obteniendo el 56.76% de los votos, contra el 43.24% que logró Ernesto Cordero. Cabe observar que en dicho proceso interno, solamente participó el 72% del padrón, o sea 155 mil 984 militantes. El blanquiazul, aún estaba flaco.
Tratando de aparentar mejor condición, el PAN decidió recurrir a procesos de afiliación “fast track”. Precisamente los que ahora se han identificado como afiliaciones “maruchan”. Lo que se hizo con mayor descaro en Baja California, donde el Gobernador comisionó a sus principales colaboradores, para estas tareas, con tantos recursos y facilidades, que al final, hasta el propio Gustavo Madero se los reconoció.
Sin embargo, se les pasó la mano, pues ha trascendido que en tan solo 11 días, afiliaron a más de 12 mil militantes, cuando que en 25 años en la gubernatura estatal, apenas eran unos 8 mil. Obviamente de manera irregular, pues antes, quien quisiera ser militante, debía esperar 6 meses o más.
¿Cuál es el propósito de esto, en Baja California? Los kikistas, quieren enquistarse en el poder, desplazando a osunamillanistas, osunajaimistas, calderonistas y corderistas. Así mismo, sacudirse a la “onda grupera”, encabezada por Jesús González Reyes y Jorge Ramos. Glotones que son, no están dispuestos a compartir “el pastel”.
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