viernes, 3 de abril de 2015

Los hankistas. Por : Gilberto LAVENANT

Palco de Prensa
Sábado 4 Abril 2015   
                                                              

 Los hankistas.

                                                     
 Por : Gilberto LAVENANT

Es sabido por muchos, que el priísmo de Baja California, está dividido en dos grandes corrientes : hankistas y castrotrentistas.

Y también es sabido, que quien aspire a ocupar algún puesto de elección popular, o incluso administrativo, primero debe contar con la anuencia o visto bueno de quienes encabezan dichas corrientes políticas : Jorge Hank Rhon y Jorge Fernando Castro Trenti.

Se sabe, o se percibe, que al irse Castro Trenti, a desempeñar el cargo de Embajador de México en Argentina, el castrotrentismo prácticamente quedó descabezado, o sea sin líder.

Pero, a falta de Fernando, quienes controlan lo que queda del castrotrentismo, son, por una parte, Nancy Sánchez, desde la dirigencia estatal del PRI, bajo la tutela del Presidente del CEN, César Camacho. Y, por la otra, René Adrián Mendívil, coordinador de la fracción parlamentaria priísta de la Legislatura Estatal.  

De alguna manera, los castrotrentistas han sobrevivido, sin la presencia de la cabeza de la corriente, Fernando Castro Trenti. La mayoría de las delegaciones federales en la entidad, las ostentan integrantes de esta corriente. Ningún hankista es delegado federal en estos momentos.

Sin embargo, como dicen los chavos, muchos opinan que en el ámbito político local, el hankismo “rifa”. Se presume que es una corriente fuerte, que Hank Rhon sigue siendo el prospecto priísta más fuerte para la gubernatura estatal y quien en la contienda del 2016, tendrá una fuerte influencia, en especial para definir a quien será postulado como candidato priísta a alcalde de Tijuana.  

Sin embargo, algunos hechos o circunstancias, han evidenciado que el hankismo no está tan sólido como se presume o piensa. Que “el león, no es como lo pintan”.

Curiosamente, precisamente la candidatura para la alcaldía de Tijuana, parece ser “la manzana de la discordia”.

Se daba como un hecho, que “el hijo predilecto” de Hank Rhon, para esa posición, lo era Carlos Barboza Castillo. Que esto quedó de manifiesto cuando a principios del pasado mes de marzo, el empresario casinero le regaló a Carlos una camiseta con su nombre y con el número 16 en la espalda.

Sin embargo, luego trascendió, que en una reunión de hankistas, a puerta cerrada, Carlos Jiménez Ruiz, exconsejero de la judicatura, no solo levantó la mano para ser tomado en cuenta, a la hora de la toma de decisiones al respecto, sino que incluso enfrentó a Barboza, reclamando que también él tenía derecho a aspirar a ser alcalde de Tijuana.

Jiménez, junto con Andrés Garza, fracasó en su intento por perpetuarse como Consejero del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado. Por más lucha que le hizo, al final el proyecto del abordaje político, abortó. Y él, se quedó sin chamba.

Ahora, aunque faltan muchos meses para definir candidaturas para las elecciones del 2016, Jiménez trata de desplazar a Barboza, en la lucha por lograr la candidatura para la alcaldía de Tijuana.

Para ello, está aprovechando sus relaciones con Eligio Valencia Roque, dirigente estatal de la CTM y propietario del periódico El Mexicano.

A través de la columna política de dicho impreso, titulada “Política y Políticos”, bajo el pseudónimo de Braulio Serrano Ruiz, Jiménez ha hecho circular su versión personal del pleito de los hankistas.

En principio, en las ediciones correspondientes a los días 1 y 3 de abril, se abordó el tema, tratando de poner en tela de duda las presuntas simpatías de Hank a favor de Carlos Barboza. Incluso se refiere que lo de la camiseta con su nombre y el número 16, fue una simple treta.

La versión trata de resaltar las supuestas “virtudes” de Carlos Jiménez, estableciendo una aparente ventaja sobre Barboza, de donde se evidencia la autoría de tales “filtraciones”.       

La postura del nuevo aspirante a la alcaldía de Tijuana, exconsejero de la judicatura, aunque está dirigida para dañar a Barboza Castillo, evidencia también que el hankismo carece de estructura de mando y proyecto político.

Lo que llama la atención, es que el propio Hank Rhon no muestra interés por aplacar a su “gallera” que se está alborotando por posiciones para una contienda que aún está remota.

Esto, y otros hechos, están dejando en claro que el hankismo, es puro parapeto, que Hank Rhon no es precisamente líder político de la corriente priísta que lleva su nombre, sino simplemente “el patrón”.

Que los hankistas son muchos, pero en su mayoría meros empleados de las empresas del Grupo Caliente, y no precisamente seguidores, con una línea, un propósito y un proyecto definido.

A tal grado que, si Hank Rhon no participa en las elecciones para la gubernatura de la entidad, en el 2018, se extinguirán las esperanzas políticas del hijo del profesor Carlos Hank González y el hankismo se convertirá en un club social, sin influencia, ni participación electoral alguna. Si el empresario casinero, no puede aplacar a sus “gallitos” alebrestados, difícilmente podría controlar a sus rivales políticos. Bien dicen, que los años no pasan en balde.
                                                                                             

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