sábado, 4 de julio de 2015

Brincando trancas II.

Palco de Prensa
Sábado 4 Julio 2015                       
                                                         

                                                      
                   Por : Gilberto LAVENANT

El 12 de abril del 2015, José Osuna Camacho, ex dirigente priísta de Tijuana, obviamente desesperado, porque no lo dejaban avanzar en sus aspiraciones por lograr la dirigencia estatal del PRI en Baja California, dirigió un carta a César Camacho Quiróz, dirigente nacional del PRI, para recalcarle los males que ya entonces aquejaban al priísmo en el país.

El columnista comentó el hecho, tres días después, bajo el título “Brincando trancas”. Seguramente –decía- muchos priístas leyeron su contenido e incluso reconocen que piensan lo mismo que Osuna Camacho, pero cobardemente guardaron silencio. Saben perfectamente, que en política, la disidencia, equivale a rebeldía o indisciplina, y que eso implica la muerte política.

En aquel escrito, Osuna Camacho señaló, que “Los eventos surgidos los últimos meses en nuestro país, han crispado a la sociedad, rebasando la capacidad de respuesta del estado mexicano y la clase política en su conjunto”.

“Existe en la población –observó- una evidente inconformidad con los partidos políticos, los integrantes de los poderes que conforman el estado mexicano y con quienes ejercen una función de representación ciudadana y de gobierno”.

Y añadió : “Los identifican como una élite cerrada que privilegia a sus propios intereses e impide la movilidad social, al formar, a través de los méritos de sangre, auténticas dinastías y estructuras familiares en la actividad política y de gobierno”.

En atención a esto, el columnista señaló, que : “En el sistema político mexicano, uno de los principios más radicales, y que se aplican con mayor rigor, es la disciplina, en toda la extensión de la palabra”. Que : “Los políticos, no saben del libre albedrío. No tienen pensamiento propio o al menos, si lo tienen, tienen prohibido exteriorizarlo”.

Asímismo, hacia hincapié en que, al igual que en las religiones, en los partidos, imperan los dogmas.  Que está prohibidísimo, cuestionar las decisiones, provenientes de la dirigencia nacional, que, supuestamente, representan  o implican los deseos “del Señor de allá arriba”.

“Esto –decía- tratándose de designación, renovación o cambio de dirigencias, lo mismo que designación o asignación de candidaturas, a puestos de elección popular. A tal hecho, incuestionable, tradicionalmente se le identifica folcklóricamente como “dedazo”. 

Advertía que : “De poco valen, experiencia, capacidad, lealtad, principios. Sobre cualquier cosa, están los lazos de parentesco, los compadrazgos, el amiguismo, que semejan títulos nobiliarios”.

Como consecuencia de ello, subrayaba, “Hay quienes se la pasan toda la vida, “haciendo talacha”, con la esperanza de que algún día, su partido los tome en cuenta y les asigne alguna candidatura. Pero se les acaba la vida y la esperanza muere con ellos”.

Para los priístas, como Osuna Camacho, que se niegan a reconocer las reglas mañosas, en la designación de dirigentes, e incluso en la asignación de candidaturas, decía que : “Esta es la historia del priísmo. Viven sometidos y sojuzgados, hasta que un día, alguien por ahí –casos sumamente raros- se sale del huacal o “brinca las trancas”. Advertía que “La mayoría de esos “rebeldes”, buscan acomodo en otros partidos, principalmente los más pequeños o de reciente creación, donde les resulta más fácil escalar posiciones”.

El columnista comentó, que podría decirse, que era valiente la postura de Osuna Camacho, pero que se quedó corto, pues no dijo nada, de salirse del redil. “No se atrevió a “brincarse las trancas”, por lo que, lógicamente, sus señalamientos quedan como simples exabruptos o desahogos, para luego continuar sumiso o sometido”, acotaba.

Y agregaba : “Igual que cuando alguien, a punto de estallar, saca su coraje en un grito o un mero pataleo en el piso. Ya desahogado, se ha de sentir aliviado, hasta que de nueva cuenta sienta que el priísmo vive bajo condiciones insoportables”.

Otra observación del  columnista, es que aunque el mensaje de Pepe Osuna, dirigido a Camacho, lo hizo circular en las redes, o sea no fue con carácter de privado, “que se sepa, ni uno solo de los priístas, se le adhirió”. Todos optaron por “bajar la cabeza”.

Vale la pena recordar esto, porque el pasado jueves, o sea casi tres meses después de aquel escrito que envió, el pasado 12 de abril, a Camacho Quróz, dirigente nacional del priísmo, le envió otro, recriminándole que el PRI ha perdido el rumbo. Y además, presentó su renuncia  a la militancia partidista.

Dicho en otras palabras, no solamente “se brincó las trancas” –parecía que nunca lo haría- sino que además, se salió del redil. Después de 40 años vistiendo el uniforme tricolor, decidió ser “agente libre”.

Para muchos, esta decisión, anunciada a los cuatro vientos, generó sospechas y especulaciones. Sobre todo, porque en septiembre próximo, inicia el proceso electoral del 2016, en el que se elegirán alcaldes, regidores, sindicos y diputados locales.

Para muchos, Osuna Camacho tenía aspiraciones políticas en el priísmo, pero le desesperó que lo tenían en “la banca” y miraba que las listas de los posibles, las encabezaban castrotrentistas o hankistas. Que mejor, tiró la toalla. Los disciplinados, por su parte, aunque reconozcan como válidas las razones de Pepe, optaron por guardar silencio y seguir siendo ovejas sumisas.

Ahora, como en abril, nadie más se atrevió a “brincarse las trancas”. Aún guardan esperanzas de algún día ser tomados en cuenta. Aunque carezcan de lazos de amistad o parentesco, con algún priísta influyente.

                                                                                                    gil_lavenants@hotmail.com

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