lunes, 3 de febrero de 2014

COLUMNA: Palco de Prensa

Palco de Prensa
Lunes 3 Febrero 2014 
Los antilíderes. 

Por : Gilberto LAVENANT

En una sociedad como la nuestra, apática, valemadrista, por llamarle vulgarmente, llena de individuos mediocres, medianeros, incapaces de enfrentar riesgos en la búsqueda o reclamo de soluciones a la problemática que nos aqueja, urgen líderes, individuos que despierten o motiven a sus conciudadanos, que encabecen movimientos sociales, positiva y agresivamente. Pero no los hay.

Esta carencia se da en todos los sectores y organizaciones. Hay dirigentes, que son meros representantes de tal o cual grupo, organismo o institución. Como simples gerentes de empresa, que “cubren el expediente”, pero que no son capaces de hacer algo más, que la mera representación social.

El líder, es el que predica con el ejemplo, que actúa y no se queda en la mera intención. Que levanta la voz, no solamente la mano. Que expone sus puntos de vista, respecto a tal o cual asunto, y no se conforma con simplemente hablar entre dientes y casi en voz baja.

Quienes ejercen el periodismo, con frecuencia se topan con individuos, que reclaman valentía, honestidad, imparcialidad, agresividad. Pero, que muestran su cobardía, cuando se les pide que opinen, critiquen o señalen. De inmediato callan, guardan silencio y le endilgan a los periodistas esa función.

Observen el panorama. En torno al tema de los verificentros, los puntos de vista o información que deja claro que se trata de una aberración, una simple intención mercantilista, surge y circula a través de las redes, bajo la máscara de los anonimatos. Casi nadie se atreve a reclamar o exigir claridad y honestidad a las autoridades. La cobardía les hace morderse el coraje y prefieren tolerar las arbitrarias imposiciones.

Esto ocurre, prácticamente en todos los temas y problemas que afectan a la sociedad. Si de asuntos de carácter legal, se trata, los colegios de abogados son meros espectadores, silentes, cobardes. Lo mismo pasa con las demás organizaciones de profesionistas.

Nadie se atreve a hablar, porque temen que si lo hacen, se desvanecerán las posibilidades de agarrar chamba en el gobierno, o las gestiones o negocios que promuevan, se van a frustrar, por las represalias de los funcionarios de piel sensible, que son intolerantes ante la menor de las críticas.

Y eso no es todo, la mayor carencia de líderes, se da en el terreno político, lo cual es un absurdo, una aberración. Supuestamente los polí1ticos son, esencialmente, líderes, pues son quienes deben encabezar todo tipo de movimientos sociales. Motivar a sus conciudadanos para participar en la búsqueda de soluciones a los problemas que afrontan, realizando gestiones para ello o aportando esfuerzos personales, conocimientos, recursos.

La gran mayoría de los políticos, son meros chambistas. Buscan su supervivencia, con el menor esfuerzo posible. No hay mejor empresa, que la política. Cada tres o seis años, produce nuevos ricos. Ni sudan, ni se acongojan. Es más, ni se ruborizan. Cínicamente se llenan las bolsas de dinero público, metiendo las manos a las arcas de gobierno, o realizando negocios a la sombra de las instituciones públicas.

Es notable la transformación en ellos. Primero, modestos ciudadanos, la mayoría sin experiencia alguna en el sector privado, o en el ejercicio de la profesión, cuya carrera cursaron. En poco tiempo, se convierten en individuos soberbios, ostentosos, cual si fuesen exitosos empresarios, derrochando riqueza, con autos blindados y escoltas personales.

Cuando ocupan algún cargo público, prevalece su interés personal. Los llamados consensos, a la hora de la toma de decisiones, son meras negociaciones, de tanto más cuanto. Le asignan valores a sus votos personales, según el tema.

Se pueden defender –suelen hacerlo- señalando que son meras especulaciones, conjeturas, “leyendas urbanas”. Empero, se les acusa de mañosos, no de tontos. Hasta que sus acciones son tan burdas o descaradas, que resultan más que evidentes. Hace poco trascendió que diputados federales exigían pagos, por ayudar a alcaldes a conseguir recursos federales.

Recientemente, en Baja California, los diputados locales que un día votaron a favor de eliminar la verificación vehicular, como requisito para el canje de placas o renovación de tarjeta de circulación, al día siguiente no solamente se retractaron y se desistieron de dicha intención, sino que de paso aprobaron que se sancionara económicamente a los bajacalifornianos, que no llevaran sus vehículos a la supuesta revisión ambiental. Sin duda alguna, ese cambio de postura, no fue gratuita.

Los flamantes diputados, en lugar de enfocarse a revisar y actualizar la obsoleta legislación, en todas las áreas, se la pasan simulando que legislan. Sus propuestas de puntos de acuerdo, son de chamacos de escuelas primarias o secundarias. Que el ejecutivo publique los acuerdos del legislativo, que atienda en el menor tiempo posible sus exhortos, que se publiquen los presupuestos en los portales de internet, que atienda esto o lo otro.

Por ello, y por muchas cosas más, es intrascendente saber quien ocupa cargos importantes en la directiva de la legislatura estatal. Ni tampoco, cuál es su filiación partidista. Para ellos no cuenta el interés popular.

Por cierto, cabe observar que los diputados priístas, a la hora de la discusión sobre los presupuestos para el 2014, se opusieron a otorgarle recursos al Poder Judicial, para desarrollar sus proyectos de expansión y consolidación de los tribuales, por meras posturas revanchistas, de carácter personal. Total, según ellos, la justicia no genera votos.

Incluso, aunque algunos diputados son licenciados en derecho, no saben que la acumulación de expedientes es exagerada y tan reducidos los espacios. Son antílideres, no resuelven problemas, los complican. No son litigantes, son políticos. Y todavía presumen sus pobrezas personales.

gil_lavenants@hotmail.com

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