Rifles a la venta en la tienda Roseburg Gun Shop de Roseburg, Oregon, EE.UU., 3 de octubre de 2015. / Reuters / Lucy Nicholson
Mientras los tiroteos recurrentes de los últimos días preocupan a toda la sociedad estadounidense, la industria de las armas los ve como una oportunidad para ganar mucho dinero.
La desesperación medra entre la población por la frecuencia de sucesos trágicos como el tiroteo en San Bernardino de este miércoles, o la masacre ocurrida en la clínica de fertilidad Planned Parenthood de la semana pasada. Sin embargo, paralelamente, la venta de armas continúa batiendo récords, un hecho que no ha pasado desapercibido a los analistas financieros, informa 'The Intercept'.
Después de un tiroteo masivo, resurge con fuerza el debate sobre el control de armas que la Asociación Nacional del Rifle y otros defensores de armas tildan de asalto a la Segunda Enmienda, que da derecho a la posesión de las mismas. Según 'The Intercept', el miedo a perder el derecho a portar armas desata un pánico de compra, lo que genera mayores beneficios entre los minoristas de armas de fuego y sus respectivos inversores.
"El negocio de las armas estaba muy acelerado a raíz de lo ocurrido después de las elecciones y después de la tragedia en Sandy Hook [la masacre en una escuela primaria en 2012]", dijo Ed Stack, director ejecutivo de un negocio minorista de armas y municiones, en 2014. Según Stack, la industria experimentó un "pánico en las compras" cuando los clientes "pensaban que iba a haber cambios significativos en nuestras leyes de tenencia de armas". Las nuevas ventas "no trajeron cazadores", sino, más bien, "tiradores", agregó.
El año pasado Tommy Millner, director general de Cabela's, minorista que vende armas, se jactó en una conferencia de inversores en Nebraska de haber tomado una "decisión consciente" abasteciéndose de armas adicionales antes de las elecciones en 2012, con la esperanza de que la reelección de Obama diera lugar a un aumento en las ventas. Después de las elecciones, ocurrió el tiroteo masivo en Sandy Hook y el negocio aumentó de forma "loca", dijo Millner. En relación a los "vientos favorables" registrados súbitamente, señaló que Cabela's no dejó de vender armas como otros, logrando su compañía de esa forma "un montón de nuevos clientes".
James Debney, director general de Smith & Wesson, el mayor fabricante de armas de fuego de EE.UU., explicó en 2013 que "la tragedia de Sandy Hook y el escenario legislativo" generaron un aumento "significativo" de ventas. "El miedo y la incertidumbre podrían haber incrementado el manejo de armas", lo que -según Debnay- "condujo a muchas personas a comprar armas de fuego por primera vez".
Mientras, Ladd Everitt, director de comunicaciones de la Coalición para Acabar con la Violencia Armada, asegura que la retórica del negocio en torno a los tiroteos masivos no le sorprende en absoluto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario