RENUNCIA
No hay lugar para la gente pensante dentro de los partidos políticos plagados de gentes cínicas, convenencieras y sin escrúpulos. Allí está la renuncia de José “Pepe” Osuna Camacho en el PRI de Tijuana, quien no es cualquier “pelagatos” dentro de ese instituto, pues entre otros cargos que ocupó dirigencias, cargos relacionados al fomento de la ideología, al fomento del debate de altura, el desarrollo del pensamiento y del fomento al legado histórico que este organismo pudo haber aportado a la nación, a la región y a nuestra comunidad fronteriza. El Sinaloense reconoce haberse afiliado al PRI en sus años de efervescencia estudiantil, como otros tantos jóvenes con ansias de cambiar el mundo, eran otros tiempos. Atraído por los postulados sociales de ese instituto para velar y defender las causas más sensibles, nobles y justas del pueblo. Más claro lo explica, el también empresario en la industria del tamal, que el instituto al que militó con convicción en los últimos años “le cambió hasta el modito de andar”, declinó su rica historia y liderazgo, se cargó a la derecha, abandonó sus postulados de justicia, el bienestar social para todos. Un partido que hoy no representa a nadie que no sea miembro de la Nomenclatura. Un partido que fue desmantelado de su andamiaje social original, auténticamente revolucionario; por la cúpula de tecnócratas, perversos y atildados juniors, falsarios, mangueras relamidos, (como los del Partido Verde que es la franquicia filial del tricolor), esos que solo llegaron a depurar la mañas para saquear al país. Como buen “Colosista”, Osuna Camacho reprocha que en el PRI se acabaron los hombres de Estado, (los plomean), aquellos visionarios estadistas y personajes valientes, hombres bragados comprometidos con las verdaderas causas del pueblo. Un partido que no se distingue de su principal opositor de quien ha sido el principal aliado y al parecer pretende seguir siéndolo por el resto de los años, al menos en el patético caso de Baja California. Pepe Osuna Camacho hoy puede estar más tranquilo al aligerar sus hombros y descargar su conciencia al haber dado un paso importante en su vida, en el que le decimos que “se había tardado”. Difícil resulta el pretender cambiar al partido desde adentro, cuando camarillas mantienen secuestrado, maniatado y copado por los grupos de interés que manipulan lo que queda de ese instituto político. A Pepe Osuna se le podrá criticar de muchas cosas, de ser un ingrato mal agradecido entre muchas otras cosas más, pero nunca de ser un cobarde incongruente agachado u conformista. Cada quien sabe lo que lleva en el costal que lleva cargando y los priistas que quedan de valía, y miren que hay bastantes, nos dirán con el tiempo si su partido y sus reglas internas, le darán aliento para rato para seguir, eufemismos y demagogia aparte, “Moviendo a México”. Es cuanto.
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