Tijuana, Baja California 20 de Octubre de 2014.- En el cierre del quinto día de actividades de Tijuana Innovadora 2014 “Diáspora Mexicana, el talento que voló al norte”, el empresario Jorge Vergara Madrigal, ofreció una conferencia donde compartió la historia de sus exitosos negocios.
Inició refiriéndose a la firma Omnilife, con la que instauró el negocio de multinivel en 1991 en México, después en Latinoamérica y resto del mundo. “Inventamos un producto que no existía”, asentó.
Recordó cómo en un inicio empezó a vender sin tener el producto, reuniendo 240 mil dólares con los que encargó la mercancía, arriesgando como siempre, pero con la filosofía de la congruencia, usar lo que vendes, o más bien compartirlo.
Con tal éxito, no pasó mucho tiempo cuando ya no hubo de encargar los productos, sino que construyó sus propias plantas manufactureras, las más grandes del mundo en productos naturales, en Guadalajara y Colombia.
Al poco tiempo también hizo su propia compañía de transporte y distribución de los productos, hasta contar el día de hoy con 6 millones de “empresarios” que distribuyen los productos Omnilife. Y todo gracias a que “no hay que vender, hay que contagiar”.
Vergara después platicó sobre su experiencia como productor de cine, cuando el director Alfonso Cuarón le dijo que por ahí tenía un “guioncito” guardado para una película que se llamaría “Y tú mamá también”. Ni el director le tuvo tanta fe como se la tuvo Vergara: “Vamos a producirla, esta película va a cambiar la historia de hacer cine en México”. Y en efecto, fue el arranque de una nueva era del cine nacional.
Se aventuró en producir otros filmes, algunos le dieron a ganar, y con otros perdió mucho dinero: “”El Espinazo del Diablo”, “Crónicas de Ecuador”, “El asesinato de Richard Nixon”.
Después vino el futbol, “con lo que logré cambiar la historia del futbol, tener once ´chicharitos’ en la cancha”, aunque nos hemos equivocado mucho, no he sabido delegar. Pero Chivas es un gran negocio, nos permite meter la pata como la hemos metido, y recomponer las cosas”.
Contó que al comprar el Club Chivas, por el que pagó 260 millones de dólares, muchos lo tachaban de loco o tarado, que cómo se atrevía a hacerlo si ni sabía de futbol, “pero si voy a ser el dueño, no el entrenador, además ni que necesitara conocimientos de física cuántica para administrarlo”.
Al poco tiempo se dio cuenta que podía construir el Omnilife, “el mejor estadio en América” mismo que el gobierno de Jalisco intentó clausurar alrededor de 40 veces, pero no pudieron.
Con la idea de que los futbolistas tienen que estar mejor preparados, creó el proyecto Educare, con nuevos métodos donde no se dan calificaciones, con aulas rodeadas de un entorno natural, clases de 9 de la mañana a 5 de la tarde, y donde les enseñan hasta el idioma chino, adelantándose a la dominación que el país asiático ha alcanzado.
La manera en que Jorge Vergara resumió toda su confianza en los negocios, fue perder el temor “porque cuando le tienen miedo al ´coco´, éste desaparece en cuanto enciendes la luz”, además “que yo no busco ganar dinero, persigo resultados”.
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