Palco de Prensa
Miércoles 23 Julio 2014
La revocación de mandato.
Por : Gilberto LAVENANT
Los ciudadanos comúnes y corrientes, incluso aquellos que aseveran que no les gusta ni interesa la política, sueñan y reclaman, que se establezca la revocación de mandato, o sea la posibilidad de pedir la destitución de un funcionario de elección popular, que incurra en excesos, derroche de recursos públicos, o simplemente que evidencie que no sirve para la función pública.
El argumento básico, para hacer tal reclamo, es que si son los ciudadanos, al emitir sus votos en los comicios, quienes elijen a los gobernantes en general, también deben tener el derecho de reclamar su destitución, cuando son pésimos para la función pública.
Porque es nocivo, no sólo el funcionario corrupto, o sea el que aprovecha el cargo público para enriquecerse ilícitamente, sino también aquel que es abusivo, como aquel que es gris, opaco, ineficiente en la función pública. Lamentablemente, llegan a la función pública, no precisamente los mejores individuos, hombres o mujeres, sino lo peorcito.
Recientemente, la legislatura local aprobó lo que identifican como la primera parte de la reforma política electoral. Los “flamantes” legisladores locales, se sirvieron “con la cuchara grande”. Aprobaron por unanimidad todo aquello que les favorecía, para mantenerse en la función pública.
Irónicamente, aprobaron la reelección de alcaldes, regidores, síndicos e incluso diputados, cuando que la voz popular lo que reclama es normas para amarrarles las manos a los políticos corruptos o para enviarlos a la cárcel, cuando metan las manos a las arcas de gobierno.
Ahora, reconociendo que no hicieron nada que les afectara, tratando de convencer a los ciudadanos de que si van tras los corruptos, prometen que en agosto discutirán la segunda parte de esta reforma político electoral y que entonces, además de reducir el número de diputados locales, establecerán la revocación de mandato. Hablan, como si se tratara de tamales. Como si cuestionaran : ¿ahora de qué sabor los quieren?
A fines del 2011, en la legislatura federal, luego de 10 horas de discusión, desecharon la iniciativa que pretendía la creación de la revocación de mandato. Fue rechazada, con 220 votos en contra, de la bancada del Partido Revolucionario Institucional, Nueva Alianza y Verde Ecologista, 196 a favor, del PRD, PAN y PT y 2 abstenciones.
Tres años antes, ya se hablaba sobre la posibilidad de la revocación de mandato. El entonces Senador, Manlio Fabio Beltrones, al ser cuestionado sobre este tema, lo calificó como “una locura”, advirtiendo que pretender introducir figuras como la revocación en el país, es como “jugar con fuego”.
Reconoció que hay debilidades dentro del sistema presidencial, pero rechazó la posibilidad de establecer figuras como la revocación de mandato, pues aseveró que esta ha sido altamente generadora de ingobernabilidad, en países donde se ha aplicado.
Beltrones fue insistente en señalar que no cree en la figura de la revocación de mandato. Advirtió que : “hay unos que lo plantean, porque no lo conocen y son ocurrentes. Hay otros que lo plantean, porque son golpistas”.
Es importante destacar la postura del exgobernador de Sonora, pues siendo el líder de la fracción priísta en el Congreso de la Unión, de presentarse alguna iniciativa tendiente a establecer la revocación de mandato, en Baja California, seguramente incidiría en los diputados priístas y sus aliados, para rechazar cualquier propuesta en tal sentido.
Hay dos posturas en torno a este tema. La de quienes están o han estado en el poder, como lo son los priístas o panistas, a quienes les aterroriza la posibilidad de que sean retirados del cargo, en caso de corruptelas o ineficiencias.
Los partidos pequeños, quisieran tener en sus manos la revocación de mandato, para tratar de destituir a aquellos que no pudieron derrotar en una contienda electoral. Aunque sean minoría, de alguna manera podrían alcanzar los porcentajes para iniciar un proceso de revocación, pero quizás no para lograr mayoría al someter a votación algún caso específico.
De alguna manera, la sociedad estaría enfocada en una larga cadena de elecciones y procesos de revocación, con el desgaste social y político que ello implica, además del alto costo económico. La mayor parte de los recursos públicos, se gastarían en esto.
En octubre de 2011, en la revista Nexos, el politólogo Andrés Lajous, hizo un amplio análisis sobre la revocación de mandato. Entonces señaló que había pocos casos de revocación de mandato, a nivel internacional, y que por lo tanto era difícil tener una aproximación sobre sus consecuencias previsibles.
Señaló que solo tres países habían tenido procesos revocatorios a nivel nacional, Venezuela, Bolivia y Rumania, los cuales fueron un fracaso rotundo. De manera especial hizo mención del caso de revocación de mandato, que tuvo lugar en el 2003, en contra del Gobernador de California, el demócrata Gray Davis y que le permitió ocupar dicho cargo al republicano Arnold Schwarzenegger.
Comentó que en México, hay 3 Estados con legislación sobre revocación de mandato, Chihuahua, Tlaxcala y Oaxaca, para los casos de Gobernador, pero que no se ha utilizado.
Total, como habrá de ocurrir, con los llamados candidatos independientes o ciudadanos, la figura de revocación de mandato, se podría establecer legalmente, pero se le pondrían tantos candados, que sería de imposible aplicación.
El argumento de mayor peso, sería el alto costo económico, pero también el enorme desgaste social y político. Es importante reconocer esto, porque cuando los diputados hablan de que lo incluirán en el próximo paquete de reforma electoral, la treta es “dar atole con el dedo” a los bajacalifornianos. Palabra de político, no es de fiar.
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