La violencia en Tijuana está mas por venir que por irse y junto a ella podría "emigrar" también su estratega de seguridad que tiene enfrente dos enemigos comunes y un cohabitante desconocido o enmascarado.
La plaza vacía en que se convierte Tijuana tras la captura del "Chapo" se ha dividido entre "el ingeniero", último representante del CAF que "revive" esa célula para disputar el "piso total" contra "el aquiles" , "la rana" y "el popo", alianza independizada del cártel de Sinaloa para tomar fuerza y control perdido al quedar sin "lugartentiente" y sin Capo, "El macho prieto" y "el chapo" respectivamente.
La plaza trata de ser arrebatada por la "recartelización" del CAF.
El enemigo "desconocido" del jefe de policías en Tijuana, es su propia tropa; antiguos protectores, después traicioneros y hoy amenazados por el antiguo amigo vuelto enemigo.
El Secretario de Seguridad Publica de Tijuana Alejandro Lares Valladares, novato en el cargo o debe descubrir o "se hace" que la delincuencia en Tijuana empieza por la estructura policíaca "infiltrada" por "protección" o "corrupción" entre organizaciones delictivas que operan en esta frontera el trasiego de droga, trafico de inmigrantes, y trata de blancas.
La zona de violencia parte de "adentro" de la corrupción policíaca, hacia afuera, es el primer "sector" de una "seguridad privada" por encima de la seguridad publica. La atractiva fruta corrupta que prueban y gustan estando podrida por dentro y expande su sabor pudriendo al resto.
La sociedad delincuencial vive libremente con credenciales diferentes al IFE, se mueve a través de códigos y entendidas claves que desde la nomina negra ordenan a policías suscritos el "paso" y libre transito a los "huéspedes de la noche"...
A mayor impunidad menor seguridad una patente de corzo , por eso cada día hay menos excepciones honestas en ese corrupto sistema pues esa "Ley autónoma" escrita sobre "la mesa", aplica términos generales por lo que entre los muchos "percudidos" adscritos, son "postcritos" a su rehúso en diversas formas no ortodoxas los escasos uniformados "limpios".
La política de Lares Valladares choca contra el muro de contra-indicadores, mientras estableció que "el que no de resultados se ira" al dar de baja a varios policías, hay que creer todo lo que diga en contra: "El que no de resultados" debe entenderse como el que falte a la eficiencia de supervisión, protección y transito del piso rentado a delincuentes desde la corporación corrompida. Porque resultados ni antes, ni hoy, ni después ha habido, los bares y hoteles son mega tiendas del mercado negro de droga, prostitución y "pollerismo" a la vista del público, donde la policía pasa sin ver .
Pareciera que la violencia que azota Tijuana desposeída del control actual policíaco es un acuse de recibo de valores entendidos, nos demuestra el lado contrario que se vivió bajo la seguridad privada de El Chapo sus lugartenientes y sus sicarios provocando el éxodo del CAF y fusionando a su organigrama empleados y "mano de obra" que restaba aparentemente el poder de los Arellano Félix, para ofrecer en esa negociación, paz social y políticamente bajar indices delictivos en el mismo paquete.
Hoy la palabra "reingeniería" "inaugurada" por el alcalde Jorge Astiazaran, paso de su secretario Bernardo Segura, al Secretario de seguridad, es una frase de moda entre funcionarios municipales , para la sociedad la lectura de un sinónimo de retroceso o pleonasmo de inservibles, o fueron al mismo curso o leyeron el mismo autor o nos tratan de regalar un "best" de discurso político.
La realidad no es asunto político, va mas allá de la poca seriedad:
La caída de "El macho" prieto antes, detenciones de sicarios y lugartenientes del Cartel de Sinaloa después, hasta La caída de "El Chapo" Guzmán hoy, produjeron movimientos en dos sitios paralelos de delincuentes: Unos, disfrazados de policías que protegen, son "dedos", "orejas" y hasta sicarios intelectuales o materiales de sus "jefes" asentados en esta frontera y su basta red de distribuidores que controlan el narcomenudeo de la plaza , los otros, los sicarios y lugartenientes.
Los primeros, ante la "perdida del secreto" por la captura del "chapo" fueron "removidos" de su cargo, otros "desaparecieron", algunos solicitaron vacaciones forzosas o incapacidades necesarias. La detención del Chapo Guzmán, alerto "el sistema policíaco interno" que "camuflagea" la delincuencia en esta frontera y podría subsecuentemente rebasar índices de violencia en todas sus formas y contenidos de manera impredecible.
Los segundos, bajo el efecto "limpieza" han sido señalados, perseguidos y ejecutados por quienes desean retomar la Plaza Alta y oponiendo resistencia se han identificado a otros que eran vendedores, cobradores, distribuidores y pagadores del narcomenudeo.
Lo interesante aquí es como bajo el "sello" oficial, se cierran expedientes secretos desde el invariable discurso policíaco: "la violencia es por disputa entre narcomenudistas", como si ese pretexto sirviera para reconfortar el terror y psicosis social.
Bajo este "velo" los altos mandos protegen a los bajos, en ese sentido "piramidal", los remueven, los "renuncian" o "los mandan desaparecer", así se da el reciclaje para mantener el doblaje perfecto, la apocrifía de "policías" incrustados en dos organizaciones con cobranza simultanea, una rentabilidad envidiada.
La creíble pieza de ese rompecabezas "suelta" es que por eso existe "increíblemente" tanto delincuente "suelto" que puede matar a cualquier hora del día en cualquier esquina de Tijuana y entiende ademas, la descoordinación policíaca entre los tres órdenes de gobierno.
Los partes informativos policíacos son instrumentos "manipulables" infectadísimos de corrupción, son manipulados para crear inocentes a culpables y a los culpables inocentes, el colmo de esta naturaleza "sui generis" es que la propia autoridad fue rebasada por sus "subordinados".
La "superioridad", esta procesando mas "superiores" por una academia de 3 meses a pendejos que bajo la "placa" son intocables tanto verbal como físicamente, amén , que su palabra es "la ley" antes que la Constitución o el bando de policía y buen gobierno , sus "estudios" los lleva a tener mas "crédito" que los abogados e incluso, que los propios "jueces calificadores".
Los altos mandos saben que en este momento la plaza esta sin control y eso afecta sus intereses en doble partida: Por un lado, pierden credibilidad social y sus puestos se "tambalean" por el otro, se ubican entre dos fuegos enemigos.
Derivado de este entendido entra en una urgente etapa de negociación la credibilidad policíaca que busca el control máximo que oferte la organización en turno para restaurarla sin violencia.
Ante la impredecible perdida de la hegemonía del Cartel que movía "los hilos negros" en esta frontera, los costos sociales y políticos son elevados, se esta cruzando por un escenario extraordinario de violencia donde la seguridad privada sustituye la publica séase o no, un espécimen denigrante el que ordene "la santa paz" y no la "bulimia" policíaca.
Lo demás es un vaso de vodka política para brindar, un intento de protocolizar socialmente a la policía de Tijuana para sellar tratos, un "mejoral" policíaco o un "lonol" ciudadano para evitar dolores crónicos.
jueves, 13 de marzo de 2014
RECARTELIZACION: La seguridad privada sobre la inseguridad publica...
La violencia en Tijuana está mas por venir que por irse y junto a ella podría "emigrar" también su estratega de seguridad que tiene enfrente dos enemigos comunes y un cohabitante desconocido o enmascarado.
La plaza vacía en que se convierte Tijuana tras la captura del "Chapo" se ha dividido entre "el ingeniero", último representante del CAF que "revive" esa célula para disputar el "piso total" contra "el aquiles" , "la rana" y "el popo", alianza independizada del cártel de Sinaloa para tomar fuerza y control perdido al quedar sin "lugartentiente" y sin Capo, "El macho prieto" y "el chapo" respectivamente.
La plaza trata de ser arrebatada por la "recartelización" del CAF.
El enemigo "desconocido" del jefe de policías en Tijuana, es su propia tropa; antiguos protectores, después traicioneros y hoy amenazados por el antiguo amigo vuelto enemigo.
El Secretario de Seguridad Publica de Tijuana Alejandro Lares Valladares, novato en el cargo o debe descubrir o "se hace" que la delincuencia en Tijuana empieza por la estructura policíaca "infiltrada" por "protección" o "corrupción" entre organizaciones delictivas que operan en esta frontera el trasiego de droga, trafico de inmigrantes, y trata de blancas.
La zona de violencia parte de "adentro" de la corrupción policíaca, hacia afuera, es el primer "sector" de una "seguridad privada" por encima de la seguridad publica. La atractiva fruta corrupta que prueban y gustan estando podrida por dentro y expande su sabor pudriendo al resto.
La sociedad delincuencial vive libremente con credenciales diferentes al IFE, se mueve a través de códigos y entendidas claves que desde la nomina negra ordenan a policías suscritos el "paso" y libre transito a los "huéspedes de la noche"...
A mayor impunidad menor seguridad una patente de corzo , por eso cada día hay menos excepciones honestas en ese corrupto sistema pues esa "Ley autónoma" escrita sobre "la mesa", aplica términos generales por lo que entre los muchos "percudidos" adscritos, son "postcritos" a su rehúso en diversas formas no ortodoxas los escasos uniformados "limpios".
La política de Lares Valladares choca contra el muro de contra-indicadores, mientras estableció que "el que no de resultados se ira" al dar de baja a varios policías, hay que creer todo lo que diga en contra: "El que no de resultados" debe entenderse como el que falte a la eficiencia de supervisión, protección y transito del piso rentado a delincuentes desde la corporación corrompida. Porque resultados ni antes, ni hoy, ni después ha habido, los bares y hoteles son mega tiendas del mercado negro de droga, prostitución y "pollerismo" a la vista del público, donde la policía pasa sin ver .
Pareciera que la violencia que azota Tijuana desposeída del control actual policíaco es un acuse de recibo de valores entendidos, nos demuestra el lado contrario que se vivió bajo la seguridad privada de El Chapo sus lugartenientes y sus sicarios provocando el éxodo del CAF y fusionando a su organigrama empleados y "mano de obra" que restaba aparentemente el poder de los Arellano Félix, para ofrecer en esa negociación, paz social y políticamente bajar indices delictivos en el mismo paquete.
Hoy la palabra "reingeniería" "inaugurada" por el alcalde Jorge Astiazaran, paso de su secretario Bernardo Segura, al Secretario de seguridad, es una frase de moda entre funcionarios municipales , para la sociedad la lectura de un sinónimo de retroceso o pleonasmo de inservibles, o fueron al mismo curso o leyeron el mismo autor o nos tratan de regalar un "best" de discurso político.
La realidad no es asunto político, va mas allá de la poca seriedad:
La caída de "El macho" prieto antes, detenciones de sicarios y lugartenientes del Cartel de Sinaloa después, hasta La caída de "El Chapo" Guzmán hoy, produjeron movimientos en dos sitios paralelos de delincuentes: Unos, disfrazados de policías que protegen, son "dedos", "orejas" y hasta sicarios intelectuales o materiales de sus "jefes" asentados en esta frontera y su basta red de distribuidores que controlan el narcomenudeo de la plaza , los otros, los sicarios y lugartenientes.
Los primeros, ante la "perdida del secreto" por la captura del "chapo" fueron "removidos" de su cargo, otros "desaparecieron", algunos solicitaron vacaciones forzosas o incapacidades necesarias. La detención del Chapo Guzmán, alerto "el sistema policíaco interno" que "camuflagea" la delincuencia en esta frontera y podría subsecuentemente rebasar índices de violencia en todas sus formas y contenidos de manera impredecible.
Los segundos, bajo el efecto "limpieza" han sido señalados, perseguidos y ejecutados por quienes desean retomar la Plaza Alta y oponiendo resistencia se han identificado a otros que eran vendedores, cobradores, distribuidores y pagadores del narcomenudeo.
Lo interesante aquí es como bajo el "sello" oficial, se cierran expedientes secretos desde el invariable discurso policíaco: "la violencia es por disputa entre narcomenudistas", como si ese pretexto sirviera para reconfortar el terror y psicosis social.
Bajo este "velo" los altos mandos protegen a los bajos, en ese sentido "piramidal", los remueven, los "renuncian" o "los mandan desaparecer", así se da el reciclaje para mantener el doblaje perfecto, la apocrifía de "policías" incrustados en dos organizaciones con cobranza simultanea, una rentabilidad envidiada.
La creíble pieza de ese rompecabezas "suelta" es que por eso existe "increíblemente" tanto delincuente "suelto" que puede matar a cualquier hora del día en cualquier esquina de Tijuana y entiende ademas, la descoordinación policíaca entre los tres órdenes de gobierno.
Los partes informativos policíacos son instrumentos "manipulables" infectadísimos de corrupción, son manipulados para crear inocentes a culpables y a los culpables inocentes, el colmo de esta naturaleza "sui generis" es que la propia autoridad fue rebasada por sus "subordinados".
La "superioridad", esta procesando mas "superiores" por una academia de 3 meses a pendejos que bajo la "placa" son intocables tanto verbal como físicamente, amén , que su palabra es "la ley" antes que la Constitución o el bando de policía y buen gobierno , sus "estudios" los lleva a tener mas "crédito" que los abogados e incluso, que los propios "jueces calificadores".
Los altos mandos saben que en este momento la plaza esta sin control y eso afecta sus intereses en doble partida: Por un lado, pierden credibilidad social y sus puestos se "tambalean" por el otro, se ubican entre dos fuegos enemigos.
Derivado de este entendido entra en una urgente etapa de negociación la credibilidad policíaca que busca el control máximo que oferte la organización en turno para restaurarla sin violencia.
Ante la impredecible perdida de la hegemonía del Cartel que movía "los hilos negros" en esta frontera, los costos sociales y políticos son elevados, se esta cruzando por un escenario extraordinario de violencia donde la seguridad privada sustituye la publica séase o no, un espécimen denigrante el que ordene "la santa paz" y no la "bulimia" policíaca.
Lo demás es un vaso de vodka política para brindar, un intento de protocolizar socialmente a la policía de Tijuana para sellar tratos, un "mejoral" policíaco o un "lonol" ciudadano para evitar dolores crónicos.
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